Según relatos de Joaquín E. Weiss, desde principios del siglo XVIII existía un inmueble en la Calle Baratillo, entre las calles Narciso López y Obispo. Sin embargo, no fue hasta el 15 de octubre de 1784 que se autorizó la construcción de portales similares a los del Palacio del Segundo Cabo y el Palacio de los Capitanes Generales, otorgándole su aspecto actual. Durante esta época, se añadió la primera crujía y los portales con arcadas.
A principios del siglo XIX, Nicolás Martínez de Campos y González del Álamo, primer Conde de Santovenia, adquirió la casa. Él fue responsable de las modificaciones internas y la instalación de extensas barandas de hierro, marcadas con las iniciales CSV, en honor a su título proporcionando al edificio el nombre de Palacio de los Condes de Santovenia.
En octubre de 1833, el palacio albergó extravagantes celebraciones en honor a la Jura Real de la Princesa Isabel Luisa de Borbón, quien más tarde se convertiría en Isabel II de España. Estos eventos incluyeron la segunda ascensión de globos aerostáticos en Cuba, destacada en la prensa de la época. La fachada se iluminó con «tres mil vasos encendidos, de varios y vivísimos colores», mientras que cuadros transparentes alegóricos adornaron su exterior.
Después de la muerte del segundo Conde de Santovenia, su viuda, Elena Martín de Medina y Molina, contrajo matrimonio con Domingo Dulce y Garay, quien más tarde fue Capitán General de la Isla de Cuba. Tras discrepancias, él renunció y regresó a España, mientras que los hijos del conde se trasladaron primero a España y luego a Francia.
En 1867, el coronel norteamericano Luis Lay alquiló el palacio y lo transformó en el Hotel Santa Isabel. Lay trasladó sus operaciones a esta ubicación frente a la Plaza de Armas debido a un contrato interrumpido por las lluvias de julio de 1867.
En 1881, José Martínez de Campos y Martín Medina, tercer Conde de Santovenia, vendió la mansión a Pedro Victoriano Morales y Santa Cruz. Posteriormente, en 1888, la Lonja de Víveres de La Habana se estableció en el edificio. En 1943, bajo la dirección de José M. Bens y por indicación del Departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de La Habana, se restauró el edificio.
La Oficina del Historiador de La Habana, con el objetivo de restaurar la red hotelera del Centro Histórico, comenzó la restauración del Palacio de los Condes de Santovenia a mediados de los años 90. El proceso de restauración respetó la tipología original del edificio, destacándose su patio central rodeado de galerías, evocando los orígenes de las casas coloniales habaneras.
En febrero de 1997, el hotel reabrió sus puertas como un establecimiento de lujo, exhibiendo gran parte de los elementos arquitectónicos originales en un ambiente típico de casona colonial.
El Hotel Santa Isabel se erige como un oasis de lujo y elegancia en el corazón de La Habana Vieja, ofreciendo a sus huéspedes una experiencia incomparable en sus 27 habitaciones meticulosamente decoradas al estilo del siglo XIX. Cada una de estas habitaciones ha sido diseñada con esmero para combinar el encanto colonial con las comodidades modernas, proporcionando un refugio de confort y sofisticación.
Desde las elegantes habitaciones estándar hasta las exquisitas suites, cada espacio en el Hotel Santa Isabel está concebido para satisfacer los gustos más exigentes. Los huéspedes pueden disfrutar de balcones que ofrecen vistas panorámicas de la histórica Plaza de Armas y sus alrededores, sumergiéndose así en la rica historia y la belleza arquitectónica de La Habana.
Las habitaciones están equipadas con aire acondicionado para garantizar una temperatura confortable en cualquier época del año, caja fuerte para la seguridad de pertenencias personales, minibar para disfrutar de bebidas refrescantes y televisión vía satélite para entretenimiento personalizado.
Además, la decoración interior es una obra de arte en sí misma, destacando obras emblemáticas de reconocidos artistas cubanos como Alberto Lescay, Roberto Fabelo y Zaida del Río, que añaden un toque distintivo y culturalmente enriquecedor a cada habitación.
El Hotel Santa Isabel no solo ofrece alojamiento de primera categoría, sino que también invita a sus huéspedes a explorar las maravillas cercanas de La Habana Vieja. Situado estratégicamente cerca del Convento de San Francisco de Asís y la Galería Carmen Montilla, así como del Museo del Chocolate y el Museo Nacional de Cerámica Contemporánea Cubana, el hotel es un punto de partida ideal para descubrir la rica vida cultural y gastronómica de la ciudad.
Desde su terraza en el ático, los visitantes pueden disfrutar de una vista espectacular de La Habana Vieja, observando la majestuosidad de la Plaza de San Francisco de Asís y la emblemática Fuente de los Leones esculpida en mármol de Carrara por Giuseppe Gaggini. Además, la proximidad a lugares históricos como la estatua del Caballero de París añade un toque de encanto local a la experiencia.
En resumen, el Hotel Santa Isabel no solo promete una estancia de lujo y confort, sino que también ofrece una oportunidad única para sumergirse en la historia, el arte y la cultura de La Habana, haciendo de cada visita una experiencia memorable e inolvidable.
Los huéspedes del Hotel Santa Isabel pueden disfrutar de una amplia gama de servicios diseñados para satisfacer todas sus necesidades durante su estancia. Desde el encantador patio al aire libre hasta el elegante restaurante, el hotel ofrece un ambiente acogedor y distinguido que invita a relajarse y disfrutar al máximo. Además, cuenta con una recepción disponible las 24 horas para atender cualquier solicitud o necesidad, alquiler de coches para explorar la ciudad con libertad, y estacionamiento disponible para mayor comodidad de los visitantes.
El Wi-Fi gratuito en todas las áreas del hotel permite mantenerse conectado en todo momento, mientras que los servicios de niñera garantizan que los padres puedan disfrutar de momentos de tranquilidad sabiendo que sus hijos están bien cuidados. Los huéspedes también pueden aprovechar el servicio de guarda equipajes para explorar La Habana sin preocupaciones antes del check-in o después del check-out.
Dentro de sus instalaciones, el Hotel Santa Isabel ofrece un acogedor bar donde disfrutar de cócteles y bebidas refrescantes, así como una sala de televisión para momentos de entretenimiento y relajación. Además, la tienda del hotel ofrece una selección de recuerdos y souvenirs únicos, ideales para llevarse un pedacito de la experiencia habanera a casa.
Con una ubicación excepcional en la Plaza de Armas, el Hotel Santa Isabel ofrece a sus huéspedes la oportunidad de explorar todos los rincones de La Habana Vieja. Desde su privilegiado enclave, los visitantes pueden sumergirse en la rica historia y arquitectura de la ciudad, así como disfrutar de su vibrante vida cultural y la hospitalidad cubana.
A pocos pasos del hotel se encuentra la majestuosa Catedral de La Habana, a solo unos 400 metros de distancia, y el icónico edificio de El Capitolio, a aproximadamente 1.4 kilómetros. Además, los huéspedes pueden explorar la encantadora y alegre Plaza Vieja, ubicada a tan solo 0.5 kilómetros, así como la histórica Plaza de San Francisco de Asís, a 0.3 kilómetros, y el imponente Palacio de los Capitanes Generales, a una corta distancia de 0.1 kilómetros del hotel.
Además de estas atracciones emblemáticas, la proximidad del hotel al Malecón permite a los visitantes disfrutar de paseos frente al mar y vistas espectaculares del océano Atlántico. La ubicación estratégica del Hotel Santa Isabel en el corazón de La Habana Vieja asegura que cada día esté lleno de descubrimientos culturales y experiencias auténticas que hacen de cada estancia una memorable inmersión en la historia y la vida cotidiana de esta ciudad fascinante.
Dirección: Calle Baratillo núm. 9, entre Obispo y Narciso López, La Habana Vieja
Contacto: +53 78 01 12 01 // +53 78 60 83 91
Correo electrónico: [email protected]